LA HISTORIA Y LA VIDA

Un oscuro político pactó un soborno para refaccionar un hospital, un sargento entregó su vida por un general miserable, un empresario trabajó toda su vida y sus hijos tras su muerte quebraron la empresa con sus despilfarros, un trabajador se esfuerza todo el día para su familia mientras su mujer le es infiel. Así es la vida, llena de matices y oscuridades. De noblezas y miserias cruzándose en el alma  de las personas. Así es también la historia, llena de matices contando la vida de personas que caminan en la penumbra y la incertidumbre. Algunos tratan de construir grandes cosas, otros cosas mas humildes, pero todos tratan de desafiar el futuro que temen. 

La política empobrece todo esto. Crean falsos héroes, e injustos olvidos. Todo eso es historia y le da densidad a la vida de un pueblo. Son nuestros los buenos y los malos, los héroes y los villanos, los decentes y los libertinos. Quienes una madrugada se están por enfrentar a muerte con otros, por motivos que han ido cambiando con el tiempo, todo eso le da vida a la tierra. Hace que el mundo sea humano. Casas viejas, edificios antiguos, retazos del pasado que nos dicen quienes fuimos y lo que otros hicieron.

Dicen que Hegel no apreciaba América porque era todo naturaleza. Lo cierto es que lo humano esta hecho con pasiones; donde solo ha crecido el pasto no hay humanidad. Los campos son solo hermosos cuando el hombre los ha labrado con su sudor, cuando ha dejado jirones de su vida en ese esfuerzo.

En Argentina vivimos obsesionados con el pasado, pero sólo para manipularlo. Los políticos actuales, se suman a la parte de la historia intranscendente, pequeña, ruin, que nadie recordará al cabo de unos años, pero que hoy empobrecen nuestra vida y nuestro futuro. Solo son un pequeño desecho de una larga historia que sin duda deberá tener nuestra nación.

Quizás seamos pobres, quizás prósperos; pero es importante recuperar la vida de aquellos que en el pasado le dieron densidad a nuestra existencia. Los que nos dieron recuerdos que nos hacen ser quienes somos.-

La Argentina se hizo con el sacrificio de millones de inmigrantes que sin pelear con nadie, ni atacar a otros, se internaron en la selva, en la pampa y en las montañas. Surcaron los ríos y araron la tierra. Ese es el corazón de la vida. Hoy la Argentina es empujada una vida de subsidios y limosnas.

Los políticos le han sacado todo el heroísmo al vivir. Gente joven se apila en las colas de los bancos para cobrar un subsidio a la pobreza. Niños extraviados ignorantes hasta de su propia ignorancia, son manipulados para tomar colegios y suponer que la vida se hace sin sacrificios.

Debemos aprender a reconocer la historia como algo que le da trascendencia a la vida, que nos hace ver como otros en el pasado trataron de progresar, de vivir, de disfrutar. Pero también debemos recuperar aquel espíritu que alentó a los gauchos a desconfiar de los políticos, a huir del Estado, internándose en el desierto para forjar con su valor y su cuchillo su futuro,

La Argentina pasó de ser la patria del gaucho a la del dócil y opaco empleado público. Si deseamos volver a tener historias dignas de ser contadas, si queremos dejar relatos para el futuro que rivalicen con Fotheringham, Benegas, Devoto, Mihanovich Magnasco, Scholnik, Calviño, Capello, Nicora, Fores, Montoya, y de tantos otros pioneros, debemos ver a la Nación como un gran proyecto, como un emprendimiento que día a día se hace. No hay nada en el pasado, todo esta muerto, pero esos muertos nos dieron la vida que hoy tenemos. 

Aprendamos a no desperdiciarla con discusiones estériles, con falsos héroes y políticos decadentes. Recordemos que si algo se hizo bien alguna vez lo hicieron personas de carne y hueso, individuos con temores y ambiciones. Dejemos de esperar las cosas de los políticos y el gobierno. Ellos solo nos usan, nos empobrecen, mientras que nosotros desperdiciamos el valioso tiempo de la vida que no regresara nunca más.-