Sarmiento, el creador de la idea y el sistema de educación pública, universal, gratuita y de alta calidad y exigencia; era un liberal convencido de que sólo una buena formación intelectual y cultural del ciudadano, permite gobiernos republicanos respetuosos de la libertad. No porque los gobernantes puedan ser mejores, sino porque los ciudadanos no tolerarían el sojuzgamiento, la manipulación y la humillación del servilismo al poder.-
Ezequiel Martínez Estrada, un célebre critico de las lacras argentinas, en un clásico libro “Análisis funcional de la cultura” (1967), denunció que aquella idea sarmientina había derivado desde el advenimiento del peronismo, en un canal de embrutecimiento y domesticación de la ciudadanía.-
Señalaba Martínez Estrada que la “cultura del pueblo” propugnada por aquel populismo, no era mas que una forma de adoctrinamiento descarado, en el cual los contenidos no eran importantes, sino crear el hábito de respeto a una jerarquía, a un líder, a una conducción; es decir, se trataba de domesticar a los ciudadanos para hacerlos ganado dócil en manos del líder, que diseñaría la “sociedad organizada”.
Nada hay mas repugnante a la libertad que “la sociedad organizada”, y nada mas opuesto al ciudadano, que suponer al gobernante un líder providencial.
En Formosa desde hace años esa educación para la esclavitud se viene llevando a cabo. Primero se domesticó a los maestros, y luego a los alumnos, ante la desidia de los padres.
Muchos maestros, devenidos en meros “trabajadores de la educación” aceptaron el yugo que por seducción o por presión se le fue imponiendo. Otros ejercieron una rebelión estéril pues se revelan ante el oficialismo pero adhieren a otros totalitarismos levantando banderas del asesino Guevara.
A nadie escandaliza que sobre el pórtico del Colegio Juan José Silva haya un cartel que diga “Gracias Sr. Gobernador por hacer realidad nuestro sueño”. ¡Qué mayor acto de servilismo denigrante para un establecimiento creado para educar ciudadanos, no siervos del oficialismo!
(foto aportada por Emilio Pereira)
(foto aportada por Emilio Pereira)
La educación en Argentina en general, y en la Provincia en particular, hace años que viene siendo objetos de experimentos exóticos, de luchas ideológicas, de conflictos gremiales; que como balance general han dejado una generación de “trabajadores de la educación” embrutecidos pero muy ideologizados, que forman alumnos mas ignorantes aun, que jamás oyeron hablar, ni mucho menos leyeron, a Cervantes, Borges o Juan Bautista Alberdi. Ni hablar de trigonometría, polinomios o mitocondrias.-
En el último Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes (o Informe PISA por sus siglas en inglés), del 2009, que evalúa el rendimiento de estudiantes en lecto-escritura, matemáticas y ciencia a partir de unos exámenes iguales en 62 países; Argentina salió en la posición Nº 58, detrás de Uruguay, Chile, México y Brasil; y sólo mejor que algunos satélites de la ex URSS, que hasta no hace mucho estaba azolados por guerras civiles, como Albania y Azerbaijan.-
Hay que recordar, que gracias a la labor de Sarmiento, Avellaneda y Julio A. Roca, la Argentina fue el primer país de la historia humana en acabar con el analfabetismo; y hoy merced a la destrucción sistematizada de la educación pública que se remonta a 1946, (no a la “noche de los bastones largos” como reza el dogma populista), apenas somos mejor que unos arcaicos ex-comunistas.-
Esta situación afecta especialmente a los más pobres, a aquellos a los que Sarmiento educaba en las escuelas improvisadas en el campo. Esas personas no pueden pagar los establecimientos privados, en donde la educación es un poquito mejor, no mucho más. Pero todos los populistas y demagogos que han destrozado las escuelas, colegios y universidades públicas, envían a sus hijos a la educación privada.-
No basta con ser rebelde, ni con saber usar una computadora; hay que saber pensar, hay que aprender a valorar la libertad, y sobre todo reconocer las amenazas al libre albedrío; y una de las acechanzas mas comunes es la obsecuencia obscena, reflejada, por ejemplo, en agradecimientos públicos a un funcionario que juró servir a los ciudadanos.-
Esta decadencia educativa llevará mucho tiempo y esfuerzo revertir, pues tienen que ingresar gente capaz nuevamente a las escuelas, y expulsar a todos los funcionarios incompetentes de los ministerios; pero eso solo empezará cuando empecemos a votar mejor, lo cual a su vez exige educación. Por lo que habrá que volver a “educar al soberano”.-
Eso es muy cierto.. Pero, como hacerlo?? como educar estos pueblos??
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