jueves, 8 de marzo de 2012

MONEDA Y BANCO CENTRAL


¿Qué es la moneda? Supongamos que no existiera el dinero, ¿cómo se realizarían los intercambios?. Mediante el trueque. La personas intercambiarían cosas entre si. Lo cual exigiría: 1º) que las personas tengan algo que intercambiar; y 2º) encontrar a otra persona que le interese lo que ofrecemos, y que a su vez pueda ofrecernos algo que a nosotros nos interese.-

Este sistema de intercambio es muy incómodo, por lo que las personas en los orígenes de la historia trataron de hacerse de bienes que valoraran la mayoría, y de ese modo poder intercambiar de modo más ágil. Algunos creen que esos primeros bienes fueron la sal, el aceite, algunos tipos de piedras duras que se usaba para las armas y utensilios. Hasta que paulatinamente el oro fue convirtiéndose en el metal apreciado por casi todos en el mundo civilizado, como un bien de intercambio. Así se estabilizó la idea de moneda, nacida espontáneamente por la interacción humana.-

Con lo cual la moneda es un instrumento de intercambio, que supone que el que la posee es porque algo productivo hizo para obtenerla. Es decir, la moneda representa un bien, un valor que fue creado antes que ella.- 

 Durante toda la historia los gobiernos siempre intentaron hacer fraudes con la moneda. Algunos falsificando, otros robándosela a los individuos con impuestos y otros directamente confiscando las reservas de oro por el mundo. Se trataba de situaciones claramente ofensivas, y la gente se daba cuenta fácil de los latrocinios monetarios.-

Eso cambió en las primeras décadas del siglo XX cuando John Maynard Keynes imaginó a la moneda como creadora de valor. Es decir, la moneda no representa un bien previamente entregado a intercambio, sino que la misma moneda genera valor. Con lo cual la prosperidad de un país dependía de que se le diera a la población la mayor cantidad de dinero posible, para que de ese modo salgan a comprar, lo que supuestamente  incentivaría a los comerciantes e industriales a producir y a vender. Creándose sobre esa base los bancos centrales en varios países, para “administrar” la cantidad de moneda.-

Esta falacia monetaria hoy sigue muy de moda, y es la causa primordial de los procesos inflacionarios e hiperinflacionarios que empobrecieron y empobrecen a varios países (incluida la Argentina); así como también de las crisis que cíclicamente se dan en los sistemas financieros y bursátiles desde 1930 en adelante.-

La razón de la falsedad de la teoría keynesiana es muy simple. La emisión centralizada de billetes (o la creación de dinero bancario con la manipulación del crédito, que es algo muy parecido) hace que “milagrosamente” la gente de pronto tenga más dinero en el bolsillo, sin haber producido más, con lo cual, existe la misma cantidad de bienes, pero mas compradores, lo cual en definitiva provoca inflación, luego pérdida de poder de compra de los asalariados, y finalmente acarrea caída en las ventas; recesión y desocupación.-

Por ese motivo son tan peligrosas las manipulaciones monetarias.
Durante los ’80 y lo ’90 se creyó que si se imitaba el esquema del Banco Central Alemán, que era independiente del gobierno; la manipulación monetaria sería menos nociva. Lo cierto es que la crisis en Europa en el EEUU prueba que no es así, y que siempre que un aprendiz de brujo monetario manipula la moneda, a la larga o a la corta, provoca mas daño que el quería evitar.-

En Argentina  las cosas son más rudimentarias. Para un argentino, luego de décadas de inflación, la única moneda con valor es el dólar. Por eso en lo ’90 se creó la convertibilidad, para que se vuelva a confiar en la moneda local. Se le dijo a la gente: “tome este peso, y cuando lo desee pase por el banco y le damos dólares”. Correlativamente se le prohibió al BCRA darle esos dólares al Gobierno para que pague sus deudas.-

En el 2002 se borró esa promesa, y ya el peso no era convertible en dólares, pero se dejo la prohibición al BCRA como una especie de fantasía para que la gente siguiera confiando en la moneda argentina, en base a suponer que las reservas del BCRA respaldaban de algún modo el peso.-

Ahora, con la reforma de la Carta Orgánica del BCRA hemos vuelto al principio. Hemos retrocedido a los tiempos anteriores a la convertibilidad, cuando los Gobiernos podían vaciar las reservas del Banco; y en todos los casos, siempre, terminamos con procesos inflacionarios endémicos, ya que la moneda argentina perdía su valor aceleradamente.-

En el futuro que se agencia, Dios tenga misericordia de nosotros, porque el gobierno no la tendrá.-


jueves, 1 de marzo de 2012

INFLACIÓN, CORPORATIVISMO Y POBREZA



La Argentina se ha estabilizado en un proceso inflacionario, con índices del 20 al 30% anual. Es interesante analizar qué efectos produce un fenómeno así.-
  
En un reciente libro de Enrique Szewach “La trampa populista” pone de relieve que la inflación vacía de poder a los órganos normales de la democracia, ya que ni los presupuestos votados por los legisladores, ni las sentencias de los jueces, llegan con la urgencia necesaria para recomponer los valores destruidos por la inflación. 
 
Por ese motivo paulatinamente el poder se concentra en el Poder Ejecutivo, que es el único que puede otorgar con celeridad compensaciones y aumentos de sueldo.-

Correlativo a ese proceso, se van afianzando como los interlocutores más poderosos frente al Poder Ejecutivo, las corporaciones, tanto empresariales, como sindicales y últimamente de piqueteros beneficiarios de planes sociales.-

De modo tal que las estructuras institucionales dejan de tener importancia en la toma de las decisiones, para empezar a decidirse todo entre el Ejecutivo y los lideres de las corporaciones.-

Los empresarios en busca de protecciones y subsidios; los trabajadores bregando por aumento de sueldos; y los beneficiarios de planes sociales reclamando reajustes; todos a su modo toman conciencia de que con quien deben hablar, y a quien deben presionar es al Ejecutivo. Los demás poderes pierden toda importancia.-

Pero no todos están representados en este corporativismo hijo de la inflación. Hay un basto sector de la población que no pertenecen a ninguna cámara empresarial, ni es representada por un sindicato, y tampoco forma parte de los movimientos piqueteros que reclaman planes sociales. Ese sector ve destruido sus ingresos por la inflación sin que puedan presionar a nadie para que les den alguna compensación.-

Pertenecen a este último grupo los pequeños empresarios y comerciantes, que no pueden pagar los altos costos salariales que acuerdan las corporaciones sindicales y empresarias nacionales; y por ese motivo deben pagar a sus empleados salarios en negro, o deben evadir impuestos, quedando expuestos a voraces ejecuciones laborales y tributarias.-

Son también parte de este grupo de indefensos, los jubilados y pensionados, que ven corroído sus haberes por la inflación, sin que puedan hacer ningún movimiento de fuerza que obligue al Ejecutivo a darles aumentos; quedándoles solo la vía de reclamar reajustes en los tribunales, en juicios que el Gobierno deliberadamente alarga con infinitas apelaciones, especulando con que los pobres jubilados se mueran, antes de pagarles un reajuste de haberes.-

Quedan indefensos también los trabajadores mas humildes, aquellos que trabajan para empleadores que a duras penas sobrellevan sus negocios, y a los que la inflación solo los empobrece más día a día.-

Había un autor clásico, Mancur Olson, que explicaba que en los regímenes en los que la prosperidad o la miseria dependía de los favores del gobierno, los grupos de poder más activos, que están más cerca del Ejecutivo, son los que se llevan las mejores tajadas.-

Carece de sentido el trabajo honesto e independiente; los partidos políticos pierden trascendencia, las legislaturas y los jueces quedan como órganos decorativos. En un proceso inflacionario como en el que se ha embarcado la Argentina, el modo de sobrevivir es acercarse al Gobierno, y tratar de rapiñar lo más que se pueda beneficios y compensaciones.-

Violento campo de caníbales en el que se ha convertido el país.-