viernes, 28 de enero de 2011

LA TIERRA ES PLANA


Este es el título de un muy interesante libro de Thomas Friedman en el cual el autor hace una descripción del proceso de globalización.

Recomiendo especialmente su lectura para aquellos padres que deseen saber los desafíos a los que se enfrentarán sus hijos en el futuro; a los políticos para que puedan elevar sus miradas más allá de la interna partidaria; y sobre todo a los ciudadanos en general, para que puedan ver la distancia astronómica que existe entre los desafíos reales de la Argentina y los debates políticos actuales.-

El libro posee muchísimas facetas, sin embargo, deseo destacar sólo algunas de ellas.

El primero es que hace ver que el proceso de globalización es más beneficioso para los países pobres en desarrollo, que para los países centrales, como EE UU, Europa y Japón. Ya que estos, al tener bajos costos salariales, son atractivos para las inversiones extranjeras, que en general implica que se trasladan de los países centrales. Es el caso de India, China, Centro América, y Europa Oriental.-

Esas empresas asentadas en países subdesarrollados, pagan menos salarios que en EE UU o Europa por la misma función; pero a los trabajadores que contratan en los países subdesarrollados les pagan ingresos muy superiores al promedio nacional, con lo cual esos empleados mejoran inmediatamente su vida.-


Lo segundo, es que no basta que haya costos salariales bajos, es preciso que además haya personas con alta calificación técnica y profesional. Por esa razón los países con mayores ventajas en la globalización serán aquellos que orienten la educación hacia aptitudes y conocimientos de proyección global, como ser matemática, tecnología, inglés, desarrollo de software, funcionamiento de mercados, capacidad crítica en el manejo de información, creatividad, etc.

Es el caso, por ejemplo, de la India, que siendo hasta fines del siglo XX unos de los países más miserables del planeta; desde 1950 el Estado mantuvo e impulsó una de las universidades tecnológicas mas calificadas del mundo; el resultado, es que hoy en la India están algunos de los mejores desarrollos de software del planeta.-


Esta situación es, curiosamente, de una gran preocupación en EE UU. Pues en las principales universidades de ese país, cada vez los que más se destacan son alumnos chinos o del sueste asiático, y hasta indios. Con lo cual se están planteando seriamente el contenido de los programas educativos para evitar la pérdida de calificación profesional de los norteamericanos.-


Lo tercero a destacar del libro, es la evidencia de que ninguna empresa del mundo puede hoy sóla hacer todo. Por esa razón, se conforman las llamadas “cadenas de suministro“, que implican alianzas entre varias empresas alrededor del mundo para desarrollar tecnologías y fabricar productos.

La India es uno de los países que más se ha favorecido con la incorporación de empresas radicadas en ese país, a cadenas de suministros globales; lo cual ha provocado dos cosas simultáneas: 1º) un ingreso fenomenal del nivel salarial de los empleados de esas empresas; y 2º) el esmero de cada vez más personas para estudiar y prepararse a fin de que poder ingresar a nuevas empresas que se incorporen a nuevas cadenas de suministros.-


Esto me lleva al quinto aspecto que deseo destacar; y es que podría ser un objetivo nacional concreto para la Argentina, hacer a las empresas radicadas en el país, confiables para que puedan integrar estas cadenas de suministros.-

Esta viabilidad global de las empresas argentinas, haría que los ingresos de los empresarios y de los trabajadores se multipliquen en forma ilimitada, ya que su mercado no sería el reducidísimo espacio interno nacional, sino que sería el planeta.-

Pero lograr esta confiabilidad no puede ser producto de un decreto de necesidad y urgencia, como acostumbran nuestros caudillejos nacionales y provinciales. Sino que es el resultado probable  de un serio, elaborado y sustentable programa, acordado y aceptado por la ciudadanía, y que a su vez se mantenga por un largo tiempo.-


Por último, otro aspecto que destaca Friedman en su libro es que, aún haciendo todas las cosas bien, sólo pueden ingresar al proceso global, las personas que posean una calificación técnica y profesional adecuada.

Por esa razón es tan prioritario que en Argentina se encare seriamente los objetivos de la educación para que niños y adultos puedan adquirir capacidades y formación que les permita competir con un chino, con un europeo o con un norteamericano.-

Se puede permanecer al margen del proceso de globalización, no es obligatorio que nos incorporemos, pero el costo de no hacerlo es que la Argentina pasará a ser un país cada vez más marginal, más miserable, y más atrasado. Hoy ya se puede ver los efectos del asilamiento mental de la “era Kirchner”. Ya tenemos el nivel salarial, la pobreza y la calificación educativa que hay en África.

Esto, por supuesto, no perjudica a todos por igual, ya que como todos saben hay gente rica en la Argentina (casi todos políticos o amigos de los políticos). Sino que perjudica especialmente a los más pobres. Si en realidad queremos acabar con la pobreza la solución es incorporaros de lleno al proceso de globalización y hacer todas las cosas que Friedman refiere que hicieron otros países.-

No espero nada de la ignorante clase política que hoy gobierna la Nación y la mayoría de las Provincias, sólo espero que los ciudadanos vayamos dándonos cuenta del atraso en el que estos dirigentes nos están sumiendo por no hacer las cosas que en todo el mundo hacen otros países para progresar.- 


martes, 25 de enero de 2011

VIVIR CON LO NUESTRO


El nacionalismo económico de izquierda y de derecha (el grupo Fénix, la UIA, la CGT, la mayoría de los militares, el PJ, la UCR, el ARI, entre otros)  comparten la clásica idea de Aldo Ferrer de “vivir con lo nuestro”.-

 Es de destacar que el Sr. Ferrer es actualmente asesor de Kirchner, y presidente de ENARSA, la empresa estatal de energía que no genera un wats, pero gasta 100 millones de pesos anuales.-
Es una idea seductora pero peligrosamente falsa. Se dice “Vivir con lo nuestro”, pero ¿qué es “lo nuestro”?.-

Generalmente se señala como “lo nuestro” a los recursos naturales. Pero esos recursos generalmente se lo encuentran en estado bruto en la naturaleza. Nadie podrá sacar un litro de nafta de un pozo, ni enchufar un ventilador en el río. Para destilar el petróleo como para generar energía hidroeléctrica es necesario que alguien invierta recursos. En ese caso, una vez que alguien hizo ese gasto y corrió el riesgo ¿de quien es el producto?, ¿del inversor o de todos?. Obviamente que es de aquel que lo produjo, es decir del inversor; con lo cual ya no es “nuestro”, es ajeno.-


También se afirma que “lo nuestro” son las cosechas y los dólares que los agricultores y los ganaderos cobran por vender las cosechas y la carne. En éste sentido es cómico oír a los burócratas decir “sembramos”, “producimos”, “vendemos”; o que “la Provincia” o “la Nación” produce. Lo cierto es que el único que produce es el esforzado individuo que en el campo corre los riesgos de la sequía, la inundación, la aftosa, los cuatreros, los piqueteros, los impuestos, y los desastrosos planes económicos de los mismos burócratas.-

Teniendo a todo esto como “lo nuestro” el nacionalismo económico se cree con el derecho de hacer experimentos sacándoles a algunos para dárselos a otros que ellos creen que se lo merecen.-

 
Así les sacan los dólares a los agricultores y se los da a los industriales para que importen insumos. A los trabajadores les sacan partes de su salario mediante devaluaciones para “incentivar” a la “producción nacional”. A los consumidores nos obligan a pagar precios muy superiores a los internacionales para “proteger a la industria nacional”. A los ahorristas les sacan sus depósitos para repartir créditos subsidiados entre empresas absolutamente ineficientes. Y a los contribuyentes los esquilman para hacer las más descabelladas “obras públicas” y mantener ejércitos de empleados públicos y provincias que son meras ficciones legales, pues el día que le saquen el respirador artificial del subsidio desaparecerán sin pena ni gloria.-
En rigor de verdad no hay nada en el sistema económico capitalista que sea “nuestro”, o es “mío” o “ajeno”; y es bueno recordar que el sistema económico de la Constitución Nacional no es el de los soviet rusos, ni el cubano, sino que es capitalista y de libre mercado. Con lo cual cuando algún iluminado afirma en la Argentina que quiere implementar un plan económico basado en “vivir con lo nuestro”, se debe entender que auspicia sacarle a los que trabajan y producen en forma eficiente para distribuirlo entre los ineficientes.-


El resultado de éste programa de robos masivos que pomposamente llaman “distribución de las riquezas”, es más que conocido. Los eficientes dejan de producir cansados de que los roben; y los ineficientes no se preocupan en mejorar a la espera del subsidio. En definitiva el balance es más miseria para todos.-
Nada hay más injusto en economía que la “distribución de la riqueza”. Sobre todo porque no hay nada que se pueda llamar “riqueza”.-


Cuando una persona decide poner una empresa toma una decisión  entre innumerables riesgos. Abre su salón, hace propaganda, elige sus ofertas, y luego lo único que le queda es esperar a que algún consumidor lo prefiera. Nadie sabe si va a ser preferido, ni cuánto podrá vender, ni a quien. Es un riesgo permanente. 
Y luego de todo ese esfuerzo y sinsabores quizás consiga por un tiempo progresar, hasta que aparezca alguien más eficiente, o el gusto del consumidor siempre caprichoso cambie.-


 Sin embargo los “distribucionistas” que hablan de “vivir con lo nuestro” creen que esas ganancias empresariales brotan de la nada en forma necesaria e ininterrumpida; y entonces pasan al final de cada mes para sacarle algo de lo que esforzadamente cada productor del país obtuvo, para repartirlo a gusto y paladar del burócrata.-



La justicia es darle a cada uno lo suyo, no repartir entre todos algo que es ajeno.-

viernes, 21 de enero de 2011

LA BASE DE LA PROSPERIDAD



La mediocridad del debate político y las urgencias cotidianas de la mayoría de los ciudadanos, lleva a que la mayoría de las opiniones se concentren en cuestiones de excesiva actualidad, dejando de lado ciertos análisis más profundos que son imprescindibles para poder superar algún día nuestra decadencia.-

Es absurdo suponer que los políticos vayan a cambiar, y que algún día dejarán de ser ambiciosos, corruptos, mentirosos y venales. Esa es la esencia del político moderno. La gran mayoría carece de ideas e ideales, pero permanecen en el poder abusando del desconcierto de la ciudadanía.-

Mientras los ciudadanos no cambiemos nuestras demandas políticas, los políticos podrán seguir haciendo campaña con una marchita rancia, unas fotos marchitas de algún obituario y repartiendo mercaderías y subsidios.-

La solución no pasa por el amor a la Patria, ni el heroísmo cívico, ni nada por el estilo; pues estas son las excusas perfectas que usan los demagogos para mantener sometidas a las personas.-


Adam Smith hace 240 años decía que el progreso de un país dependía del trabajo que pudiera generar. Lo cierto es que en la Unión Soviética se generaron millones de puestos de trabajo que al final no evitaron el colapso de esa tiranía.-


David Warsh en su libro “El conocimiento y la riqueza de las naciones” destaca que es la generación de nuevos conocimientos el secreto del desarrollo. Sin embargo en Cuba el régimen ha invertido millones en educación, pese a lo cual el atraso, miseria, hambruna y corrupción en el que se hunden los pobres cubanos da lástima.-


Jeffrey Sach, Francis Fukuyama y otros pensadores que dieron las bases a lo que se llamó el “Consenso de Washington” en los ’90, suponían que el secreto del desarrollo estaba en las desregulaciones y los equilibrios presupuestarios de los Estados. Pero las desregulaciones en muchos casos provocaron anarquías y los demagogos buscaron el equilibrio presupuestario tomando prestado dinero de todo el mundo, hasta que a fines de los ’90 muchos gobiernos colapsaron bajo sus monumentales deudas.-

La verdad es que el misterio del progreso está en la historia. Si se ve que muchos países poblados por personas ignorantes y gobiernos chicos al cabo de un tiempo lograron fenomenales progresos, resulta evidente que lo más importante para que una nación progrese es que sus ciudadanos reclamen para sí la libertad de hacer de su vida y de sus bienes lo que le venga en gana. Si una persona reclama que un político la ayude, debe saber que esta vendiendo su alma al diablo, que ese político quizás la ayude, pero que por sólo escuchar sus quejas le va a cobrar el precio más alto imaginable, le va  a pedir que le entregue su libertad.-

Cada vez más los gobiernos y los Estados pierden el poder de controlar e incidir en las personas. Cada vez más los individuo reclaman el derecho de elegir su idioma, su educación, su religión y hasta su sexo. Pues bien falta algo más elemental, reclamar que los políticos dejen a las personas trabajar tranquilas y se resignen a ser unos modestos administradores de consorcio cobrando unos impuestos para financiar algunos servicios públicos en provecho de todas las personas, como salud, educación, seguridad y justicia. Nada más, ni nada menos. Pues hoy en los tiempos de los políticos omnipotentes ninguno de esos servicios existen, pero sin embargo cobran los impuestos más altos de toda nuestra historia.-

Los políticos no van a cambiar nunca, para progresar, lo primordial es que cambiemos los ciudadanos.-


viernes, 7 de enero de 2011

Discurso de Yoani Sanchez en la entrega del Premio Príncipe Claus


Una mujer admirable, increiblemente valiente y talentosa, hoy 8 de enero del 2011 el Gobierno de Holanda le dio el premio Príncipe Claus en su embajada en La Habana, ya que la tirania cubana liderada por los Hermanos "Macana" Castro, no le dio permiso para viajar a Amsterdam a recibirlo en diciembre pasado como estaba programado.-

A continación transcribo su conmovedor discurso:

"Buenas tardes a todos:

Al embajador holandés, que ha prestado tan atentamente su casa para esta ceremonia, a los miembros de la Fundación Príncipe Claus que han organizado la entrega de este premio, al cuerpo diplomático, a mis familiares, mis amigos, a los bloggers aquí presentes y también a los lectores, comentaristas y traductores de mi blog que están atentos a este momento desde el ciberespacio. Un especial saludo a los otros premiados en la edición de 2010 de este importante galardón. En fin, a todos, les agradezco el acompañarme física, virtual o espiritualmente en esta jornada.


Las palabras que diré ante ustedes esta tarde están imbuidas —en parte— de esas experiencias que he vivido en los últimos tres años, desde aquel abril de 2007 en que comencé a escribir mi blog Generación Y. Podría dedicar largos minutos de esta alocución a hacer hincapié en las escenas que componen lo que yo llamo “mi ruta del dolor”; ese sendero tortuoso que he recorrido por el hecho de comportarme libremente en un país lleno de máscaras. También podría reducirme a la narración lastimera de la estigmatización, la vigilancia constante, la presión sobre mi familia, la satanización en mi comunidad, las citaciones policiales y hasta el ataque físico. Sin embargo, no voy a centrarme en esos obstáculos, sino en la otra ruta, la de la gratificación, la de la realización personal y los proyectos futuros. Esa parte hermosa del sendero que comienza en cuanto salgo a la calle y alguien —venciendo el miedo— se me acerca y me dice “te leo”, “continúa”, “resiste”. Se completa además con la gratificación de que cada día un número mayor de mis compatriotas busca mis opiniones, rebate o simpatiza con mis puntos de vista, y también ahora son más lo que utilizan la herramienta de un blog para expresar en la Cuba virtual la discrepancia aún penalizada en la Cuba real. Ese camino del crecimiento profesional y cívico es el que quiero que compartamos juntos.


El Premio Príncipe Claus es un galardón que mira hacia adelante, un estímulo que invita a realizar sueños y a plantearse metas más elevadas. Este 2011 puede ser el escenario para concretar algunos retos periodísticos con los que fantaseo hace un buen rato. Nuestra Isla está urgida de argumentos, de polémicas e informaciones. No podemos quedarnos sólo en la denuncia de la intolerancia, en la descripción de lo que no funciona o con el dedo señalando hacia lo que no nos gusta. Es tiempo ya de empezar a cambiar. Para los que nos negamos a que otro ciclo de crispación y desconfianza se cierna sobre nosotros, es también el momento de hacer algo, aunque sea pequeño. Me gusta trabajar con la escritura, la noticia, el texto y siento que mi lugar está justamente en los kilobytes, las páginas de los periódicos, el mouse y el teclado. Lo cual no significa que vaya a encerrarme en la torre de marfil de la escritura, sino todo lo contrario. El verbo no tiene que comportarse siempre como una barricada o como un adoquín lanzado; afortunadamente la palabra logra convertirse también en un bálsamo muy eficiente sobre una nación acongojada. Creo en la medicina de la libertad informativa, de la imperfecta democracia que algún día los cubanos lograremos poner en práctica en nuestro país. Soy una soñadora, ya lo sé, pero todos ustedes que están aquí también lo son… y no somos los únicos.



Este año el monopolio estatal sobre la información verá como le surgen algunas nuevas grietas. Cualquier blogger de provincia, armado apenas con su teléfono móvil, podrá poner en jaque a los periódicos oficiales, podrá transmitir directamente hacia la Web sus textos, fotos, audios y videos. Me gusta decir, mitad en broma y mitad en serio, que si los cubanos supimos inventar el picadillo de carne sin carne, allá en los años más duros del Período Especial —cuando lo hacíamos con cáscara de plátano— ahora estamos inventando la Internet sin Internet. Desde esos pequeños artilugios celulares, hemos aprendido a completar el espectro informativo que sale de esta Isla. Me siento también misionera del credo de difundir por todo el territorio nacional esos conocimientos y herramientas que nos harán libres. Porque cada uno de nosotros podemos llegar a ser nuestra propia agencia de prensa, sin patrones ni censores. A eso he dedicado también los últimos meses, con la magnífica experiencia de una academia donde se graduaron 27 estudiantes y cinco profesores, de los talleres, las conferencias temáticas y la asesoría a los que recién abren un nuevo espacio web. En los próximos meses pienso extender también el alcance de estos cursos. El virus blogger terminará por contagiar a miles de cubanos.
 


 El sueño más difícil —y por eso también el más recurrente— es la creación de un nuevo medio de prensa. Muchos de los que están hoy aquí presentes son, aún sin saberlo, los futuros redactores, fotógrafos y corresponsales de ese periódico. Sin ustedes no será posible. Sin el talento y la energía que pueden insuflarle a las páginas de ese proyectado espacio informativo, todo se quedaría en la ensoñación de una pequeña blogger. De manera que estas breves palabras también son para decirles: ayúdenme, acompáñenme en la impredecible aventura de empoderarnos como ciudadanos, de comportarnos libremente en un país lleno de miedos, pero háganlo sin perder en el camino esas diferencias que alimentan nuestra pluralidad y evitan el conocido error de la unanimidad. Hay espacio para todos en este proyecto. Es más, sin ustedes no podría lograrlo.

Muchas gracias,"

Yoani Sánchez

La Habana, 7 de enero de 2011


Muchisimas felicitaciones Yoani!


Fotografias de  Orlando Luis Pardo (disidente cubano que en premio a su labor, la tiranía le bloqueo su celular al dia siguiente censurandole el acceso a la web)